Hace unos días una clienta me comentó que quería encargar para su boda una mezcla entre una tarta de varios pisos y una bandeja de cupcakes. Me pareció una idea genial, ya que por muy bonitas que sean las mega-tartas nupciales la realidad es que son poco prácticas -sobre todo teniendo en cuenta que en España los menús de boda tienen siempre un postre incluido-.
Así que para mi ha sido un descubrimiento esta modalidad de dulce decorativo, que permite que los novios corten la tarta de forma muy especial, y después llevar todo a una candy bar en la barra libre donde a quien le apetezca le será sencillo endulzarse la noche con una riquísima cupcake.

Imágenes vía The Bride’s Cafe y Style Me Pretty.

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