Es uno de los dos grandes protagonistas de la boda, el 50% de un proyecto de vida en común, el primero en el corazón de la novia… Y en el imaginario popular la better half que no se implica en la organización del enlace. Pero, ¿cómo afronta hoy en día el novio los preparativos de su boda? 

Si nos paramos a pensarlo, el pistoletazo de salida para la planificación de una boda suele darlo el novio, cuando le pide a su pareja que pase el resto de la vida a su lado; así que, ¿por qué se ha creado ese cliché de que a ellos no les preocupa tanto como a la novia que su gran día sea algo muy especial y que salga a la perfección? 
Por mi experiencia puedo afirmar que efectivamente el novio ve con otros ojos la celebración de la boda; a pesar de lo cual, la realidad es que actualmente ellos opinan, se ilusionan, y participan de absolutamente todo lo relacionado con el evento. Quizás no hacen que su universo gire en torno al enlace durante los meses previos, y, desde luego, consumen muchísima menos información relacionada con el sector nupcial que ellas; pero eso no significa que no tengan una idea clara de cómo quieren celebrar un día tan importante, y que no se impliquen en la organización de la boda casi tanto como las novias.

La diferencia fundamental entre el punto de vista de ellos y ellas frente a la organización de un evento con la dimensión de una boda, es que la parte estética de la celebración sí continúa dependiendo en mayor medida de las preferencias de la novia. Pero en todos los demás aspectos, el novio suele tener claro lo que quiere, y plantea sus gustos e ideas para cada aspecto de los preparativos. De hecho, en muchísimos casos me he encontrado parejas en las que la opinión del novio ha sido determinante en algunos temas como la ambientación musical del evento, la elección del coche nupcial, o el tipo de ceremonia -civil o religiosa- a realizar.
De entre las parejas de novios que han contratado mis servicios de organización de bodas, incluso se ha dado la situación de que mi interlocutor principal haya sido el novio. Y en el resto de casos, ellos han acudido a las reuniones, a conocer a los proveedores, y han manifestado su punto de vista y se han implicado en todo lo relacionado con la celebración. 

Si pasamos de los meses previos, y nos centramos en el día de la boda, puedo aseguraros de que el novio tiene puestas las mismas expectativas que la novia en que sea algo inolvidable; y que se emocionan y lo disfrutan tanto como ellas. Quizás no es un momento con el que han soñado desde que eran niños -como sí nos ocurre a muchas mujeres-, pero mi percepción es que realmente lo afrontan como un día muy importante en su vida (no solo por lo que significa, si no en lo que a evento social se refiere), y como un hito a cuya planificación dedican interés y tiempo –aunque sea en menor medida que la mayoría de novias-.
Y vosotras, ¿seguís pensando que, aunque sin el novio no habría boda, en la mayoría de los casos les basta con acudir el día elegido para dar el sí quiero?

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Imágenes de la entrada realizadas por: Xavier Navarro Photographie y Lina Arvidsson.