Hace unos días que tengo pendiente escribir esta entrada, pero el tiempo vuela y ya han pasado 10 días desde La Boda de Esther & Fer. Porque la Boda Something Blue del 21 de septiembre fue un eventazo en el que el logo que los novios hicieron para su gran día fue el gran protagonista. Toda la cartelería estaba adaptada a la imagen de la boda, y cada una de las personas que trabajamos en el enlace llevábamos una chapa con el logo (¡y al final resultó que hasta los invitados querían la suya!).
Recuerdo perfectamente el día que conocí a Esther y Fernando, se sentaron delante de mi ilusionadísimos y me contaron que no querían una boda tradicional, que querían una gran fiesta en un lugar diferente a lo habitual; querían una boda informal en la que la gente lo pasara genial, querían que fuera en el centro de Madrid y en un espacio que tuviera una zona exterior chula. Y la verdad es que tuvieron la boda que ellos tenían en mente; encontramos un lugar fantástico para celebrarla, y el ambiente que hubo durante toda la celebración fue maravilloso, se notaba que los invitados pasaron un día inolvidable gracias a estos novios tan especiales.
El Sí Quiero lo dieron en la Casa de la Panaderia, en una ceremonia emotiva para la que colocamos dos centros rectangulares compactos hechos con claveles rojos en cada una de las mesas de la estancia. El clavel rojo era el elemento que los novios querían que se utilizara en toda la decoración floral, y Masshiro hizo un trabajo perfecto (como siempre). Antes de entrar a la sala, repartimos a cada invitado un clavel rojo; y de esta forma la flor que llevaba cada uno de ellos formó parte también de la decoración de este momento tan especial.
Y después de la ceremonia, llegó el momento de celebrarlo. Después de valorar muchas opciones, el COAM (Colegio de Arquitectos de Madrid) fue el lugar elegido para ello. Nunca antes se había hecho una boda en este espacio, y la verdad es que no pudimos haber encontrado una localización mejor para este enlace. Por esta pasarela tan bonita accedían los invitados al evento, estoy segura de que desde el momento en que llegaban sabían que no iba a ser una boda más.
En el COAM utilizamos dos zonas para hacer el montaje de la boda, una sala enorme y diáfana (la sala de exposiciones del edificio), y el jardín, que estaba conectado por una cristalera con la zona interior. De esta forma teníamos dos ambientes, pero permanentemente conectados entre sí. 
La sala de exposiciones la decoramos con algunas mesas para que quien quisiera pudiera sentarse a comer (la boda era en formato cocktail), vestidas con mantelería en negro y plata, y utilizamos sillas de metacrilato para completar el conjunto. Distribuimos distintos puntos de buffet en la sala, y también varios veladores (mesas altas) vestidos de negro con butacas también de metacrilato alrededor. Las barras las elegimos con retroiluminación blanca; y para ambientar el espacio se colocaron distintos focos de led por toda la sala (bañando de luz principalmente las columnas y la pared del fondo). 
Dado que el catering se serviría durante tres horas (en distintas fases) en formato cocktail, montamos un rincón con mobiliario chill out para aumentar los asientos a disposición de los invitados; y pusimos más de 30 cojines en un muro del jardín que se utilizó como banco y que dio muchísimo juego durante todo el evento.
Esther y Fernando tienen profesiones relacionadas con el mundo audiovisual, y querían que los vídeos fueran una parte muy importante el día de su boda. Por eso, montamos un enorme videowall en una zona elevada del jardín; donde también había iluminación led que se encendió al atardecer. Además de sonorizar todo el espacio y contratar un DJ para la barra libre, en esta boda hubo una actuación en directo, así que también colocamos una tarima en el jardín.
Los novios querían que todos sus invitados les dejaran una dedicatoria, así que montamos una mesa de firmas en la que además de dejar unas palabras a los recién casados se entregaban los regalitos, de esta forma nos aseguramos de que todo el mundo pasaría por allí. Contratamos dos azafatas para esta boda, además de animación infantil para que también los más pequeños y sus papis disfrutaran de la celebración.
Al ser el COAM un espacio que no está destinado a albergar la celebración de bodas, sustituimos la señalización que ellos tienen habitualmente por unos carteles situados en los mismos puntos, pero con la imagen de la boda.
En los baños, como es habitual, colocamos unas cajas con cositas de primera necesidad; con un cartel, y eligiendo las cajas de acuerdo al resto de la decoración (y es que los estilismos de los novios tenían mucho que ver con el estampado geométrico blanco y negro).

La fiesta estaba prevista en la sala interior, pero hizo tan buen día que al final todo el mundo acabó bailando en el jardín, y el ambiente fue simplemente genial; aunque estábamos en el centro de Madrid no lo parecía en absoluto.

Como siempre, solo puedo dar las gracias a los novios por confiar en Something Blue, Wedding Planner Madrid para la organización de su boda, y desearles que sean siempre tan felices como el pasado día 21 de septiembre.

Para terminar os dejo una fotito mía repartiendo claveles en la Plaza Mayor antes de la boda, me la hizo Javier de Masshiro, que fue quien me llevó todo el tema floral hasta allí.

Y esto es todo por hoy. Espero poder compartir con vosotros unas fotos preciosas de este enlace (las del post de hoy, como viene siendo habitual, están hechas con mi iPhone), ya que la fotógrafa de esta boda es una artistaza.