Si ayer os contaba cómo habíamos organizado la ceremonia de esta boda, hoy continuo con el resto de la celebración.

El cocktail se celebró en un patio precioso, que produce un efecto espectacular cuando -una vez finalizada la ceremonia- abren el portón que lo esconde y aparece este entorno tan bonito con los camareros preparados para recibir a los invitados.

El lugar en sí mismo ya es precioso, pero quisimos completar la decoración y darle un toque especial y que tuviera mucho que ver con la personalidad de los recién casados.
El libro de firmas lo colocamos en una mesa alta tipo velador, en la que colocamos un sencillo arreglo floral con paniculata. Al lado pusimos una pizarra con una frase que invitaba a que los asistentes dejaran un recuerdo a los novios en forma de dedicatoria.

En otra zona del patio colocamos fotografías de los novios y sus invitados, algo que dio muchísimo juego porque todo el mundo quería ver qué foto suya habíamos colgado. La forma que elegimos para colocar las imágenes fue con cuerdas de escalar y pequeños mosquetones, ya que el novio es un apasionado de la escalada.
Sobre las mesas que la finca coloca como apoyo durante el cocktail pusimos unos ramilletes de paniculata tumbados, de forma muy sencilla, pero que quedaron perfectos.
Siguiendo con la idea de la pizarra para el libro de firmas también utilizamos este elemento para informar a los invitados de los cócteles que podían disfrutar en la barra de coctelería que se instaló, así como de la comida que les servirían para abrir boca antes de la cena.
Queríamos que los meseros y el protocolo de mesas fueran originales, y al novio se le ocurrió que cada mesa fuera una estación del metro de Madrid. Y la verdad es que el resultado fue estupendo; además los novios colocaron a sus invitados en estaciones que tenían relación con sus vidas (por ejemplo las amigas de la carrera de la novia en Ciudad Universitaria).
Todo el patio del cocktail lo adornamos con faroles en tonos metálicos, que permanecieron encendidos desde el inicio de la celebración hasta el final de la noche, dando un ambiente muy acogedor al evento.
Para la zona de la discoteca colocamos una barra de chucherías con unos banderines en tonos sobrios, que iban acordes con el resto de decoración del salón y con la personalidad de nuestros clientes.
Como regalos para los invitados a la boda los novios nos pidieron que buscáramos algo muy especial: un pendrive con forma de cirujano (ya que el novio es informático y la novia cirujana, de modo que sería algo que representaría a ambos y además un detalle muy útil para todo el mundo). Por supuesto no paramos hasta que los conseguimos, y se entregaron en estas cajitas tan monas.

Para las mujeres se repartieron pashminas, y bailarinas enrrolladas para que pudieran liberarse de los tacones una vez finalizada la cena. Ya que las cestas las preparamos en Something Blue, Wedding Planner Madrid reutilizamos los ramilletes de las sillas de la ceremonia para adornarlas y que estuvieran más bonitas a la hora de repartir los regalos. Para indicar las tallas de las bailarinas utilizamos unos letreros de pizarra, en línea con otros elementos de decoración de la boda.

Solo nos queda agradecer una vez más a Raquel y Miguel que hayan confiado en Something Blue, Wedding Planner Madrid para la organización de su boda; y desearles toda la felicidad en su vida juntos -no se merecen menos, ya que son una pareja realmente encantadora-.
¡Vivan los Novios!