Hoy os traigo la segunda parte de las fotos oficiales de la Boda Something Blue del pasado 12 de octubre en Granada (podéis ver la primera entrada en el post de ayer). Una boda muy especial, que se celebró en un lugar realmente precioso – el Jardín de Gomérez– y en la que el sol nos acompañó durante todo el día permitiendo realizar la mayor parte del enlace al aire libre, como querían los novios.
Cada parte de la celebración estaba señalizado con cartelería con la gráfica que Bonitismos diseñó para este enlace. Después de la ceremonia, que fue muy emotiva, los recién casados fueron recibidos por sus invitados con una lluvia de pétalos y burbujas ya en el exterior de la casa, donde después tendría lugar el cocktail. Todas las fotografías de esta entrada son un fantástico trabajo de Doble Enfoque.

Los novios se hicieron algunas fotografías de pareja al inicio del cocktail (el interior de la casa era increíblemente bonito y tenía mil rincones geniales como el que albergaba este precioso sillón verde), y después disfrutaron con sus invitados del catering -servido por Abades– y del árbol de huellas por el que pasaron todos los invitados a la boda, ¡incluidos los protagonistas del día!.

Las niñas del cortejo que precedió a la novia a su llegada a la ceremonia iban guapísimas con tutús en color rosa, y camisetas con unas bailarinas estampadas. Se lo pasaron fenomenal y por supuesto cumplieron a la perfección su misión de acompañar a Gádor antes de decir Sí Quiero.

En la comida dejamos un regalito para cada invitado en sus asientos, un kit muy divertido que contenía entre otras cosas una nariz de payaso (de Fundación Theodora) que marcó totalmente el ambiente desenfadado que los asistentes disfrutaron en esta boda.
El seating de invitados lo montamos con unas maletas vintage, y los centros de mesa estaban compuestos por distintos recipientes con flores en tonos pastel y un marco -también diferente en cada mesa- con el número.

Para la barra libre se colocó una mesa de dulces, con chucherías y una enorme tarta de donuts y varias tartas clásicas; desde luego en esta boda es imposible que nadie se fuera a casa con hambre.

Además de los fotógrafos oficiales de la boda -autores de las imágenes de este post, Doble Enfoque-, los novios contrataron un fotomatón para la discoteca, y pusimos un libro de firmas y washi tape al lado para que los invitados dejaran allí su recuerdo más divertido del día más especial de Gádor y Jose.

Y así pongo punto y final a una de las bodas más especiales que hicimos el año pasado, este año iremos a Burgos a finales del mes de agosto, y nos encantaría poder trabajar en cualquier otro sitio donde una pareja necesite nuestra ayuda con la organización de su boda.
Para terminar doy de nuevo las gracias a Gádor y Jose, por su confianza, por la preciosa recomendación que han hecho de nuestro trabajo, por darme la oportunidad de decorar una boda tan diferente y romántica, y por haberme permitido compartir en el blog estas imágenes de su gran día. ¡Que seáis siempre tan felices como el pasado 12 de octubre!