Organizar bodas es un trabajo muy curioso: es muy intenso durante los meses previos (la gente muy cercana a mi se sabe todas las batallitas de cada enlace que estoy preparando, llego a ser algo monotemática a veces); y deja un vacío enorme cuando ha finalizado el evento, ¡después de tantos meses de contacto diario con una pareja se hace rarísimo no hablar con ellos!. Cada nuevo proyecto genera mucha presión -sobre todo las semanas previas a la boda-, pero, a la vez, tengo que decir que no he hecho nada tan gratificante como esto en mi vida. 
El caso es que desde que no actualizo el blog hemos celebrado dos nuevas Bodas Something Blue que han sido estupendas, y muy distintas entre sí, que al final es lo bonito de esto; cada pareja de novios es única, y cada enlace tiene que estar hecho a la medida de sus protagonistas.
Esther & Emilio contactaron con Something Blue en abril, se casaban el 31 de Agosto en Santa María de Caná (Pozuelo), pero por falta de tiempo no habían podido avanzar en los preparativos de su enlace; así que rápidamente nos pusimos manos a la obra y encontramos un lugar perfecto para albergar la celebración de su boda: el Museo del Traje. Ellos buscaban un espacio donde poder realizar el cocktail y la cena en exterior, y que además estuviera cerquita de la iglesia que habían elegido; a pesar de que quedaba poco tiempo conseguimos encontrar varias opciones entre las que pudieran tomar su decisión final, y la verdad es que el lugar seleccionado fue simplemente perfecto para la boda que tenían en mente.
Esta pareja quería una boda cuidada al detalle, pero con estilo moderno y elegante; así que todo el diseño de la decoración se basó en los colores blanco y gris, en conseguir una iluminación muy especial (las velas fueron grandes protagonistas en esta boda), y en la utilización de esferas gigantes en distintos puntos. A mi me encanta el resultado, ¡a ver qué os parece a vosotros!
Cuando los invitados llegaban al Museo del Traje se encontraban unos banderines con los nombres de los novios, y un lienzo gigante con una foto del reportaje preboda dando la bienvenida a los asistentes.

En la zona del cocktail colocamos bastante mobiliario, utilizando en este caso manteles en color gris antracita, sillas lacadas en gris claro, y pequeños centros de mesa en tonos blancos. En este espacio, pusimos 6 globos gigantes de color blanco (cada uno medía 1 metro de diámetro), y ubicamos también la tradicional mesa de firmas, sin recargarla demasiado de decoración, y con la preciosa fuente del Museo detrás.

El protocolo de invitados lo situamos a medio camino entre la zona del cocktail y el lugar donde estaba montada la cena, así le dábamos importancia, y tampoco sobrecargábamos el espacio del cocktail. Los novios decidieron que cada mesa sería una ciudad que después visitarían en su luna de miel, así que les propusimos colocar distintos marcos en color blanco, en los que colgaríamos imágenes de esas ciudades, y una tarjeta para cada invitado donde encontrarían el nombre del pasajero y su destino para la cena de esa noche. Para colocar las tarjetas utilizamos mini-pinzas tendidas en cintas de organza, y completamos el bodegón con velas, maletas, e incluso un jarrón lleno de arena de playa en el que pinchamos flechitas indicando la distancia en kilómetros a algunas de las ciudades del seating.

Además, los novios tuvieron el detallazo de dedicar personalmente cada tarjeta a sus invitados por la parte de atrás, y a la gente le encantó este gesto.

Una vez cada invitado había cogido su “billete” para cenar, atravesaban un camino enmarcado por más de 50 velas en fanal, hasta llegar a la rotonda donde se había montado el banquete.

El montaje de la cena se realizó intercalando manteles en dos tonalidades, gris piedra y marrón topo; muy en la línea de colores del edificio del Museo, y con los gustos de los novios. Para iluminar la zona utilizamos un globo de helio gigante que daba luz en 25 metros a la redonda, creando un ambiente súper especial, fue como si la luna hubiera bajado a acompañar a los novios esa noche.

Los centros de mesa seguían la línea del resto de la decoración, estaban hechos en verde y blanco, con una vela en medio. Para colocar los nombres de las mesas utilizamos las mismas fotografías que había en el seating de invitados, cada una de ellas en un pequeño marco de fotos también de color blanco.

La música fue una de las grandes protagonistas en esta boda. Desde la iglesia, donde un tenor y una soprano, junto con un violín y un órgano hicieron de la ceremonia un acto muy bonito; hasta la cena, donde los novios sorprendieron a todos con interpretaciones en directo de arias de ópera entre plato y plato, ¡quedó espectacular!
Esta es la tarjetería que diseñamos para esta boda, para el seating se imprimió en un tono más subido para que destacara sobre el fondo blanco de los marcos.

La candy bar la colocamos en la sala donde se ubicaría la discoteca (en el exterior pusimos mobiliario chill out), y en este caso sí metimos un poquito de color rojo, con los lazos, la pizarra y las galletas y otras chuches.

Los detalles para los invitados fueron unos foulares comprados en Oriente Medio para ellas; y unas botellitas de ginebra, ron o whisky para ellos, envueltas en celofán y acompañadas en cada caso con el maridaje correspondiente también en tamaño mini (esto fue una idea genial del novio).

Y hasta aquí el post de hoy. Como siempre, solo puedo agradecer a Esther & Emilio que hayan confiado en Something Blue, Wedding Planner Madrid para hacernos cargo de la organización de un día tan importante para ellos. Son una pareja realmente estupenda, con la que ha sido un placer trabajar durante estos meses, y a los que deseo toda una vida de felicidad juntos por delante (¡y que estaban guapíiiiiiisimos el día de la boda!).

Todas las fotografías de este post están hechas con el iPhone, disculpad que la calidad no sea la mejor, pero por mucho que me propongo siempre hacer fotos decentes, el día de la boda con las prisas acabo tirando siempre del teléfono.
Si necesitáis ayuda con la organización de vuestra boda no dudéis en contactar con nosotras.